sábado, 6 de julio de 2013

SE BUSCAN PERSONAS,.... NO TRABAJADOR@S.


                 Hace unos días, Miguel Ángel Riesgo tuvo la amabilidad de proponerme que respondiera a unas preguntas sobre el tema  "¿Usan los reclutadores las redes sociales?"  

                Este artículo ha generado reacciones de todo tipo: sorpresa (espero que ya cada vez menos), apoyos y hasta rechazo absoluto.

                Sí, rechazos. Y la mayoría argumentando que las facetas privada y laboral de cada persona están separadas por una línea intraspasable, siendo imposible mezclarlas, siendo ambas facetas absolutamente independientes.
                A modo de resumen, se me señala que a las empresas lo que le tiene que importar es que cumplas con tu trabajo, pero JAMÁS lo que hagas los fines de semana, con quién te relacionas, o a qué dedicas tu tiempo libre.

                Nunca he estado de acuerdo con esta división de facetas; creo, sinceramente, que cada una de nuestras esferas de actuación influye  -en mayor o menor medida, con más o menos frecuencia e intensidad-  en las demás.  ¿Te suena aquello de  "no puedo desconectar ni en vacaciones"?.

                Es más:  si creo que la persona es indivisible por naturaleza, en esta situación socioeconómica ya no es una cuestión de FE o un criterio subjetivo; es un HECHO. ¿Qué piden hoy las empresas para cubrir cualquier puesto de trabajo?. De otra forma: ¿qué es un candidato interesante para una empresa?.

                Sé que cada un@ de nosotr@s tendremos una respuesta a esta pregunta, una opinión  basada en argumentos objetivos y subjetivos. Pero no nos engañemos: a menor oferta  de trabajo, mayores exigencias a los candidatos.  Lo veo/lo vemos cada día.

                Hoy, un buen candidato, un candidato interesante, un fututo miembro de la empresa NO es quién tiene el mejor curriculum académico y/o profesional; es quién, además de ese curriculum, tiene otras capacidades, otras cualidades añadidas; es quién mejor se adecua al perfil ideal que tiene diseñado la empresa.

                Y en ese perfil ideal juegan valores archiconocidos: trabajo en equipo, responsabilidad, proactividad, autonomía, resistencia al estres, organización,........ Todos y cada uno de los típicos tópicos que leemos en las ofertas de empleo y en las cartas de presentación.

                Pero hay algo más a tener en cuenta:  con un concepto más o menos acertado, las empresas tampoco creen en la división de la persona porque la quieren "al completo"; quieren gastar su dinero en una persona y no sólo en un/a trabajador/a.

                De ahí que quieran saber  "de qué pié cojea"  cada candidato o candidata: quieren saber qué les puede atraer para pasarse a la competencia, quieren saber cómo se comportan fuera del trabajo, con quién se relacionan,.....

                Soy plenamente consciente de que si el artículo anterior levantó polémicas, éste puede casar llagas. Por ello quiero explicarme con  ejemplos: a la empresa le da igual que tú salgas todos los días de copas, pero no le da igual que te pilles la cogorza un día sí y otro no, porque eso va a repercutir en dos cosas: tu rendimiento como trabajador/a y su imagen   como empresa; es decir: en su pasta y en su prestigio.

                A la empresa no le interesa tu condición sexual, pero sí que te detengan por escándalo público o que alardees de una postura  "homofóbica", por ejemplo.  Esto no repercute en la cuenta de resultados de la empresa, pero sí en su política de responsabilidad social.  

                Y esto se aplica a cualquier puesto, de cualquier categoría: desde Programadores Java a Auxiliares de taller; desde Directores Financieros a Vendedores de motos,....

          Seguir la huella de un/a candidato/a  en las redes sociales -dentro de ciertos límites y con las debidas excepciones-  no es algo ilegal, ni tan siquiera inmoral, porque no se espía sino que se lee: casi todo lo que hay en una red social sobre mí  está ahí porque yo lo he publicado o consentido; porque yo he querido que se sepa o no he adoptado las acciones necesarias para que se borre (repito, con excepciones y límites).

                Y no olvidemos lo que ha dicho recientemente el Tribunal Europeo de Justicia sobre el derecho al olvido digital y la  protección de datos de carácter personal.

                Por tanto, seamos realistas: igual que una red social es un medio útil para encontrar trabajo, también lo es para encontrar/rechazar candidatos.  E igualmente, seamos coherentes: publiquemos masivamente sólo aquello que queramos que se conozca masivamente.