jueves, 22 de mayo de 2014

LO SIENTO: ¡¡¡NO SÉ HACER CUPCAKES¡¡¡.


               En un cumpleaños al que asistió mi hijo, la madre del celebrante tuvo el detalle de obsequiar a l@s adult@s con unas riquísimas cupcakes hechos por ella misma. No pude más que alabar su habilidad e  interés culinarios.              

                Y  me perdí al confesar que la repostería no es un arte que yo cultive mucho.  Inmediatamente me cayó  "el chaparrón"  por parte de otra madre  "¿no preparas  postres caseros?. ¿No sabes hacer cupcakes?. Pero si es facilísimo y están mucho más buenas que las de confitería. Y con la Thermomix,.... en 10 minutos".

                Yo contesté, casi avergonzada: pues aparte de un par de bizcochos y unas simples rosquillas, poco más...... .  Mi interlocutora me espetó:  "Pues chica, la verdad es que no me lo esperaba de ti;  con todo el tiempo que pasas fuera, deberías ser más........casera.".    Cavé mi propia tumba:   ¡¡¡ya no seré  la madre  del año¡¡¡.

 

                Este   "episodio"  me hizo reflexionar sobre los estereotipos y los prejuicios en los que  -muy a menudo-  caemos.

                                1.- Nos empeñamos en considerar que las personas son como creemos que son. Los pre-juicios.  Según el  Diccionario de la RAE, el prejuicio es   "la opinión previa y tenaz, por lo general desfavorable, acerca de algo que se conoce mal". 
                               Tanto para bien como para mal, frecuentemente nos hacemos una imagen de una persona a los tres segundos de verla (verla sí, no conocerla). Decidimos adorarla u odiarla en "cero coma".  Y lo peor:  nos cuesta cambiar ese primer  "juicio sumarísimo" y,  mucho más aún, reconocer el prejuicio.

                               Mi profesión y mi edad me han  enseñado mucho en este sentido: la primera impresión es muy importante, pero  ¿y si la otra persona está condicionada por algo (nervios, mal día, preocupaciones,....)?. ¿Es que eso mismo no me puede pasar a mí?.

                               Por ello, antes de enamorarte o desenamorarte de un/a candidat@ creo que es necesario tener al menos un par de contactos directos (telefónicos, en entrevista,....). Sé que eso ralentiza mucho la selección y no siempre tenemos tiempo para ello. Pero intentar conocer mejor a l@s candidat@s no te garantiza el éxito,  pero resta posibilidades de fracaso.

 

                               2.- Conozco bien a la gente como él/ella. Los estereotipos.  Para la RAE, los estereotipo son  "Imágenes o ideas aceptadas comúnmente por un grupo o sociedad con carácter inmutable". 
                   Hay patrones "comunes" de comportamiento. Vale, lo compro. Pero ¿te reconoces en todo lo que dicen sobre las personas de tu signo zodiacal?.  ¿Son tod@s tus hij@s iguales, a pesar de tener la misma madre y el mismo padre y ser educad@s igual?.

                               Creo que etiquetar por generalización es fallar en un gran porcentaje de casos. Cada un@ de nosotr@s tiene (y debe tener) su propia identidad, características, carácter,.... Ya sabéis:   "yo soy yo y mis circunstancias". Y aplicar  esta frase debe ser el catecismo  en todos  los procesos selectivos: eres virgo, vale; ¿pero que tienes de leo o de acuario?.

 

                               3.- ¿Qué más puedo (y debo)  conocer de ti?.   "Desvirtualizando". Para no caer en prejuicios ni estereotipos, es fundamental  QUERER CONOCER Y SABER  INTERPRETAR Y ACEPTAR LOS RESULTADOS.
                               Eres mi amig@ y tienes el perfil funcional del puesto pero ¿y el personal?.   Verás, es que resultas ideal para tomarte una cerveza con tu amig@ de toda la vida,  pero eres incapaz de empatizar con tu secretari@. Tienes el curriculum ideal para el puesto pero,  ¿cómo te adaptas al estrés?; ¿cómo lideras un equipo?.

                               Esas otras  "características"  que no puedes ver en una foto o un CV marcan la diferencia.  Tú no eres una foto fija ni sólo eres lo que dice tu impecable historial profesional. Por eso NECESITO saber más de ti; por eso no puede extrañarte que use las redes sociales para conocerte. 
                               Evidentemente no abogo por hacer cómo en otros países, en los que se investiga la situación económica, familiar, social,.....  de l@s posibles candidat@s. Necesito saber cómo eres como persona, porque ya no se buscan trabajador@s sino personas.

 

                               4.- ¿Porqué no lo haces así?. Comparando.  Las comparaciones siempre son odiosas. Pero si la comparación implica   -además-  un intento de condicionar o de imponer, la cosa es peor aún. 
                               Hace poco, un amigo me comentaba que lo habían llamado para fichar por una empresa de la competencia, ofreciéndole unas condiciones casi irrechazables (más sueldo, menos viajes largos,....).
                               Acudió, ilusionadísimo,  a la entrevista  con quien iba a ser su jefe directo. Pero salió totalmente descorazonado: buscaban a alguien que hiciera lo mismo que la persona a la que iba a sustituir, y que lo hiciera del mismo modo.
                               No hay dos personas iguales. Lo sabes.  Y, salvo contadísimas excepciones referidas a trabajos muy mecánicos, lo que importa es el resultado. ¿Por qué nos empeñamos en hacer clones?. ¿Por qué nos cuesta tanto dar  "libertad creativa"?.  ¿Cómo crecerás si te dedicas a rodearte de fotocopias?.

 


 

Pues eso, querida  "amiga"; siento desilusionarte:  no soy como tú ni como tú esperabas.  No sé hacer cupcakes.    Ah ¡¡¡¡Y no tengo thermomix¡¡¡¡.