miércoles, 17 de junio de 2015

LA CULTURA DE EMPRESA: PÚBLICA Y PUBLICADA.


 
                Mucho se habla  de la llamada  "cultura de empresa",   entendida como  el conjunto de los procedimientos, los principios y los valores que  rigen la forma en que actúa cada organización. Es decir, es el conjunto de reglas procedimentales que caracterizan el funcionamiento total de cada empresa. Y tiene su reflejo en la totalidad de actuaciones, procedimientos y relaciones que derivan de su funcionamiento: proveedor@s,  trabajador@s,....;  pero también en los medios productivos que utiliza, en su conciencia  "verde", en su responsabilidad social,.....
 
                 Ello implica que para que la cultura de empresa funcione:
                               * debe ser asumida y practicada  por tod@s y cada un@ de sus miembros;
                               * debe tener un carácter transversal e integral; 
                               * hay que se aplicarla  sin excepciones ningunas:  en el día a día y en momentos de cambio, con quienes ya estaban y con quienes vengan;
                               * tiene que ser pública y publicitada.
             
  
 
Hoy quiero detenerme en este último factor:  el necesario  carácter público y publicitado de esa cultura.
 
                               
 
 
                        A) La falta de publicidad y/o publicación no significa que la cultura no exista. Pocas Pymes tienen un documento específico que recoja su cultura y, por tanto, no existe una publicación formal  (ni siquiera a efectos internos). En estos casos:
                               i.- será más difícil y lento conocerla;
                               ¡¡.- puede hacer dudar sobre la importancia real que se le concede;
                               iii.-  puede generar recelos sobre los criterios y formas de aplicación.
 
 
                        B) Publicidad y publicación equivalen a compromiso.  Este quizás sea uno de los factores que más influyen para no publicar ni publicitar nuestra cultura.
                               Decirle al mundo cómo haces las cosas supone suscribir un contrato que permite a la contraparte exigir su cumplimiento. Tod@s l@s stakeholders pueden examinar la diferencia entre lo publicado y la realidad y exigir en consecuencia.
 
 
                       C) Toda una declaración de intenciones.  Estos son mis principios y valores y por ellos me voy a regir. Si en el punto anterior hablaba del compromiso, debo decir que este es bilateral: si quieres contratar mis productos o servicios, así es cómo yo hago las cosas.
                        Y muy importante: si quieres trabajar aquí, estos son mis valores. ¿Serás capaz de aceptarlos y APLICARLOS?.
                         
 
                En el próximo post hablaré de cómo podemos conocer cuál es  la cultura concreta de una empresa.